Alberto Fernández pasa su primera jornada en la residencia oficial de Olivos luego de que ayer se le practicara una resonancia magnética, se le diagnosticara una hernia de disco y se le indicara seguir con su agenda desde allí, a la espera de un “bloqueo lumbar” que se le realizará en las próximas horas. “Está bien, está mejor, descansó por la noche y sigue recuperándose”, definió un estrecho colaborador presidencial. El procedimiento podría realizarse entre mañana y el viernes.
Según pudo saber LA NACION, Fernández está “activo en Olivos, haciendo cosas de gestión y política”, definieron las fuentes consultadas, al tiempo que declinaron, por el momento, de dar mayores definiciones de con quién o quiénes se había visto o mantenido comunicaciones. El episodio de salud, a exactos cuatro meses del que sufrió en Bali, Indonesia, por una dolencia gástrica, obligó a Fernández a reprogramar su agenda. Para hoy tenía previsto viajar a Chaco, para participar de dos inauguraciones con el gobernador Jorge “Coqui” Capitanich; mañana ir a Lanús y el viernes a Entre Ríos.
Las inauguraciones de esta jornada en el norte del país iban a marcar la reaparición pública de Fernández que desde el sábado en Luján, ya que en los últimos días realizó todas sus actividades de forma privada. En medio quedó la nueva embestida del kirchnerismo como telón de fondo desde la tarde del sábado, lo que busca sumar presión para que defina su situación de cara a las próximas elecciones. En esa jornada Máximo Kirchner apuntó al mandatario sin nombrarlo, algo que cerca de Fernández relativizaron y buscaron destacar el discurso de Cristina Kirchner, en Río Negro, el día anterior, en el que no lo criticó directamente.
Sobre su salud, según explicaron en su entorno, Fernández mostró buena respuesta a la medicación que se le empezó a suministrar en las últimas horas. “El momento más doloroso fue el del lunes a la noche, ahí le empezaron a dar calmantes y eso ayudo. Con las horas siguió con dolor, pero se fue haciendo más soportable”, completaron. Durante el lunes, en el que Fernández ya con el dolor se quedó en Casa Rosada hasta la medianoche, el Presidente se vio con el titular de River Plate y hombre del Banco Macro, Jorge Brito; con el ministro de Defensa, Jorge Taiana y con la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra. Ayer ya trabajó desde Olivos y presentó vía Twitter a la designada titular de la Oficina Anticorrupción, Verónica Gómez.
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Tanto el lunes como el martes Fernández mantuvo en diálogo permanente con el ministro de Economía, Sergio Massa, detallaron fuentes de Casa Rosada. Entre ambos días se definió la renegociación con el FMI y se conoció el demoledor índice de inflación que ubica en 6,6% el índice de febrero, en 102,5% el interanual y marca una clara derrota para el Gobierno. Exactamente un año atrás el propio Fernández había anunciado que comenzaba la “guerra contra la inflación”.
Observación de salud
En el correr de este miércoles se espera que Fernández sea reevaluado por el titular de la Unidad Médica Presidencial, Federico Saavedra, quien ayer por la noche lo acompañó en el sanatorio del barrio de Recoleta, durante la resonancia y el posterior diagnóstico. Allí se estableció que Fernández padece una hernia de disco lumbar y que “por ese motivo se le realizará un bloqueo radicular”.
Por el momento se desconoce si Cristina Kirchner se comunicó con Fernández. En noviembre pasado, cuando el Presidente se descompensó en Bali, en el marco de la cumbre del G-20, ella se comunicó telefónicamente con él para interiorizarse de su situación. Desde entonces no volvieron a hablar por teléfono y solo chatearon en dos oportunidades en el último tiempo y se vieron el 1 de marzo en la apertura del año legislativo. La relación entre ambos pasa por momentos de extrema tensión ante lo que el kirchnerismo considera la falta de definición de Fernández y su negativa a correrse, al menos de momento, de la carrera presidencial de este año.
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