Los 8 escalones de los tres millones (el trece) es un programa de preguntas y respuestas, pero también es un ciclo que le da lugar a las historias de vida de sus participantes, que a veces logran conmover al conductor, Guido Kaczka o al jurado del programa. Es lo que ocurrió este martes, cuando una de las concursantes, Jessica, contó una mala experiencia laboral que cambió el rumbo de su vida y despertó una sentida reflexión del anfitrión: “Me hacés acordar a mi mamá”.
Todo ocurrió cuando los participantes llegaron al escalón número seis, el de las ‘Fotos del Mundo’ y Kaczka consultó, como hace siempre, quién quería ser el primero en responder la pregunta inicial de esa tanda de interrogantes. Entonces, quien elevó su mano fue la mencionada participante.
“Levantó Jessica, que es pastelera, decoradora de tortas, hace tortas de cumpleaños, mesas dulces”, la presentó el conductor y añadió: “Tuvo una situación particular en su anterior trabajo”.
La concursante tomó la palabra y dijo: “Eso me hizo empezar en una pastelería”. De inmediato, relató los lamentables pormenores que desembocaron en su cambio de oficio: “Yo trabajaba en una oficina administrativa, siempre trabajé, y tuve un jefe que me invitó a salir, y como le dije que no, me echó”.
Ante el silencio respetuoso que se había generado en el estudio, la participante, continuó: “Como quedé de un día para el otro sin trabajo, mis amigas me decían: ‘Ponete a hacer tortas. Dale, empezá, te compramos nosotras’. Y me puse a hacer y no paré. Hace cinco o seis años ya”.
Y como final de su historia, que escuchaban también con mucha atención el resto de los participantes, la mujer se dirigió directamente a aquel jefe que la despidió injustificadamente y le dijo con ironía: “Así que, te lo agradezco”.
Ante este relato y mientras en pantalla pasaban sucesivamente los rostros de las jurados Pampita Ardohain y Nicole Neumann concentradas en la historia de Jessica, Guido Kaczkca tomó la palabra para decirle a la concursante: “Me hacés acordar a mi mamá, con eso que dice siempre de que ‘no hay mal que por bien no venga’. Eso repite ella”, dijo el conductor, para luego aclarar: “Bueno, a veces no es tan así. Pero en este caso, sí”.
“Pero sí, ahora sí. En este caso, sí”, coincidió con el conductor del programa la concursante, con una sonrisa, que afortunadamente no perdió cuando le tocó el turno de responder la pregunta, ya que lo hizo de manera correcta al afirmar que al boxeador panameño Roberto Durán tenía el apodo “Mano de Piedra” y no “Mantequilla”, como sugería la otra opción.
Sin embargo, la pastelera y decoradora de tortas se quedó en el camino y no pudo avanzar a la instancia final del certamen, donde sí llegaron los participantes Gabriela y Emanuel, que tuvieron un trámite parejo y necesitaron definir el juego por una pregunta de aproximación que realizó la jurada invitada Julieta Puente. Finalmente, la concursante que se llevó los tres millones fue Gabriela.